Oscar Muñiz
Nosotros nos inclinamos por tener un poco de paciencia técnica.
Hablamos de nuestra experiencia, cuando el fenómeno El Niño no tenía tanta cobertura
mediática como la que hoy día tiene. Hace treinta y cuatro años las
herramientas tecnológicas con que se contaban (imágenes de satélite, radares,
localizadores, etc.) no se encontraban tan desarrolladas como hoy las tenemos,
o simplemente, solo científicos y entidades con este rango diferenciaban las
inundaciones, huaycos y sequias con los mismos fenómenos naturales pero
producto del fenómeno El Niño.
Cuando nos referirnos y estudiamos el fenómeno El Niño, evaluamos
el impacto ambiental, lo que significa evaluar los daños en los componentes
ambientales (Medio ambiente físico, Medio ambiente biológico y Medio ambiente
social) desde el punto de vista económico. Podría decirse que es un estudio
posterior al fenómeno El Niño. No siempre existen coincidencias de opinión en
esta etapa, como tampoco la existe en la etapa propia del desarrollo del fenómeno.
Por esta razón somos pacientes en la espera del desarrollo de los acontecimientos,
optamos con prudencia en base a nuestra experiencia desde que estudiamos y
trabajamos in-situ El Niño 1982-1983, cuando azoto la costa norte peruana, desató
la sequia en el sur del país y para colmo de males se generaron huaicos en toda
la porción central de Perú; realmente todos los fenómenos naturales en conjunción,
al mismo tiempo, y sobre una extensión no mayor a los 1.25 millones de kilómetros
cuadrados que es el total de la superficie de Perú.
En este contexto, es algo más que imprudente, considerar
este fenómeno como Moody’s Investors Service lo hace, alertando al Perú sobre
el fenómeno El Niño 2014, sosteniendo que será el país más afectado de toda América
Latina, ya que la riqueza ictiológica (anchoveta) disminuirá su presencia en el
mar peruano debido al incremento de las temperaturas de sus aguas, como también
disminuiría la producción de palta, trigo, maíz y arroz.
Advierte que los daños en la infraestructura por causa de
las inundaciones y huaicos será significativo, pero que el Fondo de Estabilización
Fiscal (4.2% del PBI) con el que cuenta el Perú podría ser destinado para ayuda
a los damnificados. Sostiene que el acceso a fondos de emergencia y crédito
bilateral y multilateral debería ayudar a las naciones, propuesta que más
parece un anuncio para hacer negocio y recordar tiempos pasados en que las
deudas estaban a la hora del día y el pagano era el hombre de a pie. Al parecer
esta afirmación de Moody’s es con miras al “eventual” colapso de la industria
del etanol y azúcar en Brasil, ya que calcula una caída del orden del 3%.
Sin embargo la opinión de Moody’s, que es una agencia de
calificación crediticia, es contraria a la perspectiva de la CEPAL , aunque Moody’s afirme que América Latina esta prepara para
afrontar un Niño 2014 de intensidad fuerte.
De cara a este potencial desastre los cultivos de soja (sur
de Brasil-norte de Argentina) se incrementarían en el 2015, beneficiando a los
bancos y la gestión de riesgos. Tal vez las consecuencias económicas del fenómeno
El Niño 2014 comprometan el sistema hidroeléctrico brasileño, el cual satisface
a más del 70% de las necesidades con este tipo de energía.
Sin duda, para contrarrestar esta eventual situación, científicos
peruanos argumentan que por el momento es prematuro hablar del grado de
intensidad del fenómeno El Niño 2014, mas aun anticiparse con perspectivas
catastróficas en el ámbito productivo. Como dijimos en anterior oportunidad, esta
opinión es la más adecuada por el momento, aunque la directora de la Unidad de Climatología
del SENAMHI, Grinia Avalos, sostiene que El Niño 2014 ha comenzado con una
intensidad de 3.4 grados; que la temperatura se ha incrementado de 3 a 4 grados
por encima de la temperatura mínima en un año normal, la cual llega a 16°C; y asegura
que en este invierno habrán días en que la temperatura llegará a 20°C.
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