4 de septiembre de 2019

Sobre los incendios en la Amazonia



Oscar Muñiz Corro


Foto NASA: Impacto por monoxido de carbono 


De la experiencia de un país como Perú, en medio de sus afanes políticos y sus desgracias supo estar a la altura del manejo, con soltura y ecuanimidad, de los problemas ligados al uso y  explotación de los recursos naturales y el medio ambiente. 

Desde 1962, en que fundó la Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales – ONERN, estuvo adscrita  a la presidencia de la república como órgano consultivo y de asesoramiento al presidente del Perú, con un nivel multisectorial.

ONERN, fue la institución responsable de realizar el Inventario y Evaluación Integrada de los Recursos Naturales el Perú con fines de desarrollo socioeconómico, así como realizar los estudios  sobre las relaciones existentes entre el Hombre y el Medio Ambiente, proponiendo alternativas que hacían viables su preservación.

Como rasgo principal la ONERN tenía la misión permanente de buscar mecanismos e instrumentos que facilitaran la coordinación y conjunción de esfuerzos y capacidades interinstitucional.

En este marco referencial los estudios realizados a lo largo de sus treinta años de funcionamiento, la ONERN fue consciente de que el rozo y la quema en la en la amazonia peruana era un acto ancestral controlado; asimismo, en su estudio “La clasificación de las tierras del Perú”, señalaba claramente la capacidad del uso del suelo y donde el Ministerio de Agricultura se responsabilizaba del cumplimiento de las indicaciones técnicas.

En la actualidad todo ese derrotero se perdió como consecuencia de la supuesta modernización del Estado. Esta clara falencia, producto de la ignorancia, hoy es una clara y efectiva amenaza, no solo en la zona amazónica sino también en el resto del país. Hoy se verifican incendios forestales no solo en la selva del departamento-región de Cusco, en el destrozo de los bosques en el departamento-región Madre de Dios, sino también en otros departamentos.

Sin duda alguna seremos testigos en un futuro cercano de la perdida de suelos en el bosque tropical peruano, aquel suelo que se formó durante miles de años y que por razones poco sustentadas, como es el caso de la vía transamazónica que une Perú con Brasil, solo sirve para alentar la corrupción y la desaparición de vida en esta parte del continente.