30 de junio de 2014

Perspectivas sobre el Fenómeno El Niño 2014









Oscar Muñiz


En anteriores publicaciones subrayamos que el fenómeno El Niño se puede medir por su intensidad, por los daños causados. También dijimos que el fenómeno El Niño de 1982 no tiene parangón en el último siglo por los daños socio-económicos causados, estos superan con creces a los beneficios.

En el estudio “ANALISIS AMBIENTAL DEL IMPACTO DEL FENOMENO EL NIÑO 1982-1983 EN LA REGION TUMBES-PIURA” (Oscar Muñiz), publicado en octubre de 1984, se señalaba que “Aplicando el concepto de valoración de los beneficios, como el pago por la adquisición de los bienes, resultan estos nulos, ya que la destrucción del aparato productivo no permitió abastecer el mercado normalmente , por el contrario, significo una elevación de los precios. Asimismo, la valoración de los costos están representado por el monto al que alcanzan los daños producidos en el entorno social, ya que reflejan la pérdida real por efecto de la lluvias e inundaciones”.

En aquella oportunidad constatamos que debido a los efectos del fenómeno no existió ninguna alternativa para escoger; según los costos de oportunidad, no existió para el caso de Tumbes-Piura un proyecto alternativo, por lo que no existió un beneficio directo y tangible.  Según nuestro reporte de la época el consolidado de las perdidas por lluvias e inundaciones fueron:

PERDIDAS
DEPARTAMENTO DE TUMBES
128,573 (1)
180.12 (2)
Agricultura
44,673
62.57
Pesquería
7,487
10.49
Electricidad
3,292
4.61
Transportes y Comunicaciones
57,897
81.09
Salud
415
0.58
Educación
1,279
1.79
Vivienda
13,530
18.99
DEPARTAMENTO DE PIURA
721,541 (1)
1,010.63 (2)
Agricultura
72,250
101.20
Electricidad
10,924
15.30
Hidrocarburos
451,500
632.39
Transportes y Comunicaciones
125,380
175.61
Turismo
50
0.07
Salud
940
1.32
Educación
4,760
6.67
Vivienda
49,710
69.63
Pesquería
6,027
8.44
TOTAL ZONA AFECTADA
850,114 (1)
1,190.75 (2)

(1)      Millones de Soles
(2)      Millos de dólares. Dólar MUC 1982: 713.96 soles.

Las recomendaciones fueron las siguientes:

1.     La tarea de rehabilitación debería de contar no solo con los estudios de recomposición social de Tumbes y Piura, sino también con el concurso de  una organización social a la cual le confieran márgenes de libre disponibilidad en el uso de los recursos humanos y económicos.
2.    Considerar la reorganización del espacio económico a un nivel que permita utilizar un control en el uso del espacio geográfico dadas las características cíclicas del Fenómeno El Niño.
3.     La participación social es de vital importancia en acontecimientos como el sucedido. Debido a ello se hace prioritaria la necesidad de contar con instrumentos de conjunción orgánica de los poderes del Estado. Este organismo debe de contar con un equipo de profesionales ambientalistas; con organigramas de prioridades en la etapa de rehabilitación; y con un control en los niveles técnico-administrativo-político, utilizando el plan nacional de regionalización que puede y debe contribuir a conformar el esquema legal para la prevención de los impactos ambientales negativos.
4.        
En cuanto a esto último actualmente vivimos una crisis política, económica, ética y legal, a nivel del conjunto de las Regiones, por lo que este tema es de actualidad y de suma importancia.

En el estudio del Fenómeno El Niño 1982, se incluyo la Matriz de Impacto Ambiental, dada las discusiones técnicas sobre si el fenómeno había traído beneficios o no, tanto para el ámbito socio-económico como para el ámbito natural.





En la Matriz de Impacto Ambiental, se consideraron las siguientes causas: modificación del hábitat, alteración del drenaje, modificación del flujo de ríos, riego, modificación del clima, superficie o pavimento,  recarga aguas subterráneas, automóviles-camiones, comunicaciones y vertidos de efluentes líquidos. En los componentes ambientales se consideraron al Ambiente Físico (suelos, geomorfología, recarga de agua, calidad atmosférica, Inundaciones, erosión sedimentación, estabilidad); el Amiente Biológico (aguas marinas, calidad de agua, arboles, peces, mariscos, insectos, pastos, parques y reservas);  y el Ambiente Social (cosechas, agricultura, zona residencial, zona comercial, zona industrial, pesca, lugares arqueológicos, lugares históricos, estilos de vida, salud, empleo, red de transporte, red de servicios). Tanto los beneficios como los impactos adversos se clasificaron en Alto, Medio y Bajo. Solamente en las aguas marinas, arboles, peces, mariscos, insectos, pastos y parque-reservas, se identificaron impactos beneficiosos en diferentes graduaciones, mientras que el resto de los componentes ambientales todos los impactos fueron adversos en sus diferentes grados.  

Actualmente en el 2014, se vuelven a escuchar las voces de alarma sobre la aparición del fenómeno El Niño. Unos hablan sobre los parámetros naturales como temperatura ambiental y de las aguas marinas, sobre las precipitaciones; otros hacen comparaciones con el fenómeno de 1995; no pocos hablan sobre las pérdidas en la producción agrícola (productos como el mango y la vid para pisco), pesquera y manufacturera, y uno que otro se refiere a la comparación con el fenómeno de 1982, sus inicios y evolución.

Han pasado 32 años desde que se produjo el fenómeno El Niño en 1982. Las condiciones climáticas actuales no permiten predecir la intensidad del fenómeno, mucho menos sus impactos. Lo que si podemos hacer es opinar sobre las condiciones en las que enfrentamos  el actual fenómeno. No se cuenta con un modelo que permita aproximarnos a un eventual  Niño fuerte, moderado o leve. No se cuenta, hasta donde se conoce, que los sectores como Salud y Transportes cuan efectivos serian en una situación moderada o fuerte, mucho menos estamos preparados para enfrentar lo que sucedió en 1982 cuando no solamente hubo el fenómeno El Niño fuerte, sino que además se presentaron los fenómenos de deslizamientos en el centro del país y la sequia en el sur de Perú.

En todo caso, ya es hora que ante la incertidumbre sembrada en la población aparezcan los especialistas premunidos de sus conocimientos climatológicos, económicos, sociales, y demás, para esclarecer el panorama, mas aun cuando en estas situación el Perú no cuenta con un organismo que centralice el monitoreo, la evaluación, y el pronóstico del fenómeno El Niño, paso a paso. Más cautos son los que advierten tener prudencia y esperar hasta el mes de agosto-2014 para verificar las temperaturas marinas.

Desde este punto de vista, el Perú perdió más de tres décadas en formar y auspiciar esta especialidad. Seguimos como hace mas de 30 años en que los economistas poco o nada de importancia le dan a este aspecto de nuestra realidad, cuando la planificación solo se entera de la presencia del fenómeno El Niño cuando aparecen sus efectos, cuando la angustia, la muerte, las enfermedades agobian y rebasaban los esfuerzos que por humanidad prestan los obligados a hacerlo.

Los periodistas que poco o nada tienen que ofrecer es el sector menos cauto cuando entregan información, que decir de los directores y responsables de periódicos, radios y canales de televisión. Sin embargo en la actualidad al igual que en el caso del probable sismo que destruiría varias ciudades especialmente de la costa peruana, no existe una cultura de prevención.     


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