20 de agosto de 2014

La ciencia y el derecho








Cuando las cosas se hacen bien inmediatamente se reconoce el valor de haberlas hecho, sea cual fuere el campo de acción, sea cual fuere el país. Para muestra tenemos lo acontecido en España y México, dos economías que si bien pudieran ser mas fuertes dejan en claro la existencia de gente que aporta con su trabajo mejoras invalorables.

Una de ellas es lo acontecido en España, más específicamente en el agro. En medio de una situación convulsionada, se dio a conocer la identificación del aroma de la fresa, trabajo de investigación realizado por el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa). Este centro de investigación descubrió el gen FaFAD1, gen que origina la combinación aromática entre el melocotón y el albaricoque, aroma presente en algunas variedades de fresa.

De tal manera que se puede producir a gammadecalactona, componente volátil que produce aromas afrutadas y dulces en el sabor de la fresa, adaptándose a las preferencias de los consumidores. Ifapa tiene un banco de germoplasma de fresa en España con más de 500 plantas de fresa de la especie Fragaria, obtenida en el siglo XVIII.

El otro aporte se dio en México. En junio del 2012, El tribunal de Yucatán revoco el permiso a Monsanto para la siembra comercial de soja. El permiso que obtuvo Monsanto le permitía cultivar soja genéticamente modificada en siete Estados mexicanos.

El juez convencido con las evidencias científicas contra este tipo de cultivo, por evidenciar el riesgo para la producción de miel en los Estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, se vio en la necesidad de anular dicho permiso, pues la producción de miel y soja no son viable, pues este ultimo hacia uso de organismos genéticamente modificados.

Se debe tener en cuenta que México es el tercer exportador mundial de miel y el sexto en el mundo en producirlo.

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