3 de marzo de 2014

El oleoducto Keystone XL











Oscar Muñiz








En un inmenso deposito de bitumen ubicado al norte de Alberta-Canadá, se encuentra una combinación de minerales arcillosos, arena de sílice, agua y bitumen crudo (forma semi solida de crudo de petróleo). Ese lugar es Athabasca al norte de Edmonton; es el mayor deposito de bitumen crudo en el mundo y el mayor deposito de arena petrolífera de las tres que existen en Alberta junto a los depósitos del rio de la Paz y lago Cold, que ocupan una extensión de 141,000 km2 de bosque boreal sin poblar y de muskeg (Fondriere de mousse o pantano de turba), que contiene unos 1.7 trillones de barriles de bitumen que son comparables a las reservas totales demostrada en el mundo del petróleo convencional.

El 10 % de los depósitos, aproximadamente 179 billones de barriles se consideran económicamente rentables, lo cual permite a Canadá ser la tercera reserva más grande del mundo después de Venezuela y Arabia Saudita.

El área con interés minero cubre 37 pueblos contiguos lo que equivale a 3,400 km2.



PRODUCCION DE BITUMEN CRUDO EN ATHABASCA

PRODUCCION DE 2005
m3/día
bbl/día
Mina Suncor
31,000
195,000
Mina Syncrude
41,700
262,000
Mina Shell Canada
26,800
169,000
Proyectos in situ
21,300
134,000
Total
120,800
760,000
Fuente: Alberta Energy and Utilities Board



Toda esta riqueza petrolífera quiere usarse, para ello se proponen instalar una línea de extracción que recorrería EUA, desde  Canada hasta el Golfo e México. Según Obama, el proceso a seguir será, “La agencia encargada comenta el informe del Departamento de Estado, el público puede hacer sus comentarios y Kerry me da su recomendación”. El informe fue publicado el 31 de enero 2014, en el cual se señala que es improbable que el proyecto tenga un impacto climático grave.







Obama no tiene fecha para tomar su decisión, aunque existen presiones del gobierno canadiense para la aprobación del proyecto, el cual ya fue adjudicado a la compañía Trans Canada. Por cierto, la contra parte, los ecologistas y asociaciones civiles se oponen al proyecto, teniendo en cuenta que el Departamento de Estado afirma “Sigue siendo improbable que la aprobación o denegación de cualquier proyecto único de transporte de crudo impacte significativamente la tasa de extracción de las arenas bituminosas, o la demanda continuada de petróleo pesado en la refinerías de los EUA”.

Frente a esta situación es conveniente conocer otra versión, y esta se encuentra sostenida en el artículo titulado “Gasoducto Keystone XL en un peligroso limbo”, por Samuel Oakford, aparecido en Tierramerica.

No se puede desestimar que en marzo de 2013 se derramaron de 5 a 7 mil barriles de crudo pesado canadiense en el oleoducto Pegasus de ExxonMovil en Mayflower, Arkansas; en octubre del mismo año hubo una fuga de 20,600 barriles de crudo del ducto Dakota del Norte y en Alberta en los últimos 37 años existieron 25 mil derrames.

Frente a este panorama el presidente Obama deberá tomar una decisión entre los próximos noventa días, y esta será de transcendental impacto no solo en lo ecológico sino también social y económico. Por el momento, J. Kerry es el que tiene la penúltima palabra antes de que B. Obama de su consentimiento o no al proyecto. 





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