Oscar Muñiz
En un inmenso deposito de bitumen ubicado al norte de
Alberta-Canadá, se encuentra una combinación de minerales arcillosos, arena de sílice,
agua y bitumen crudo (forma semi solida de crudo de petróleo). Ese lugar es Athabasca
al norte de Edmonton; es el mayor deposito de bitumen crudo en el mundo y el
mayor deposito de arena petrolífera de las tres que existen en Alberta junto a
los depósitos del rio de la Paz y lago Cold, que ocupan una extensión de
141,000 km2 de bosque boreal sin poblar y de muskeg (Fondriere de mousse o
pantano de turba), que contiene unos 1.7 trillones de barriles de bitumen que
son comparables a las reservas totales demostrada en el mundo del petróleo convencional.
El 10 % de los depósitos, aproximadamente 179 billones de
barriles se consideran económicamente rentables, lo cual permite a Canadá ser
la tercera reserva más grande del mundo después de Venezuela y Arabia Saudita.
El área con interés minero cubre 37 pueblos contiguos lo que
equivale a 3,400 km2.
PRODUCCION DE BITUMEN
CRUDO EN ATHABASCA
PRODUCCION DE 2005
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m3/día
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bbl/día
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Mina Suncor
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31,000
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195,000
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Mina Syncrude
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41,700
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262,000
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Mina Shell Canada
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26,800
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169,000
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Proyectos in situ
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21,300
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134,000
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Total
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120,800
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760,000
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Fuente: Alberta Energy and Utilities Board
Toda esta riqueza petrolífera quiere usarse, para ello se
proponen instalar una línea de extracción que recorrería EUA, desde Canada hasta el Golfo e México. Según Obama,
el proceso a seguir será, “La agencia
encargada comenta el informe del Departamento de Estado, el público puede hacer
sus comentarios y Kerry me da su recomendación”. El informe fue publicado
el 31 de enero 2014, en el cual se señala que es improbable que el proyecto
tenga un impacto climático grave.
Obama no tiene fecha para tomar su decisión, aunque existen
presiones del gobierno canadiense para la aprobación del proyecto, el cual ya
fue adjudicado a la compañía Trans Canada. Por cierto, la contra parte, los
ecologistas y asociaciones civiles se oponen al proyecto, teniendo en cuenta
que el Departamento de Estado afirma “Sigue
siendo improbable que la aprobación o denegación de cualquier proyecto único de
transporte de crudo impacte significativamente la tasa de extracción de las
arenas bituminosas, o la demanda continuada de petróleo pesado en la refinerías
de los EUA”.
Frente a esta situación es conveniente conocer otra versión,
y esta se encuentra sostenida en el artículo titulado “Gasoducto Keystone XL en un peligroso limbo”, por Samuel Oakford,
aparecido en Tierramerica.
No se puede desestimar que en marzo de 2013 se derramaron de
5 a 7 mil barriles de crudo pesado canadiense en el oleoducto Pegasus de
ExxonMovil en Mayflower, Arkansas; en octubre del mismo año hubo una fuga de
20,600 barriles de crudo del ducto Dakota del Norte y en Alberta en los últimos
37 años existieron 25 mil derrames.
Frente a este panorama el presidente Obama deberá tomar una decisión
entre los próximos noventa días, y esta será de transcendental impacto no solo
en lo ecológico sino también social y económico. Por el momento, J. Kerry es el
que tiene la penúltima palabra antes de que B. Obama de su consentimiento o no
al proyecto.
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