Oscar Muñiz
Antes de 1980 a la economía se le conocía como tal, como
economía, no había sustitutos ni ninguna impostura al respecto. Tal vez algunos
sufran de nostalgia, pero por aquellos años y en los anteriores, la producción académica
era frondosa, rica en ideas, enfoques y lucha permanente entre las ideas del
materialismo dialectico con las del liberalismo económico.
Sudamérica, continente que siempre estuvo en la vanguardia
de las ideas produjo personajes como Celso Furtado , el cual publico Desarrollo y Subdesarrollo;
o Raúl Prebisch, creador de la tesis Prebisch-Singer y El desarrollo económico
de América Latina y alguno de sus principales problemas (1949).
Antes de existir la
ecología como una ciencia, esta se encontraba diseminada. Cuando apareció como
tal, es porque Ramón Margalef le dio sentido.
Hoy después de muchas idas y venidas aparece otro concepto,
siempre preñado con ambas vertientes del conocimiento, la economía y la
ecología. Debemos decir también que dentro de esta fusión siempre la economía
estuvo presente, tanto para plantear enfoques enriquecidos, o prestar ideas en
la explicación de algunos fenómenos.
Hoy, habiendo transcurrido varias décadas emerge un nuevo término
“Economía Circular” o “Circular Economy”, un modelo económico, aunque más
ligado a la empresa, y que muy bien podríamos ubicarla en el área de influencia
de la micro economía. Desde nuestro planteamiento la localización de los
problemas ecológicos y económicos pueden ser mejor enfocados con esta nueva
perspectiva o “economía circular”.
El reciclaje se origino cuando la economía de escala o lo
que desde la mitad del siglo XX se decía sobre las sociedades consumistas, que
todo lo que hacía era consumir. Este enfoque económico fue apoyado con el
concepto de reciclaje, el cual considera que los desechos, no todos, son
contaminantes, por lo cual deberíamos tener en cuenta las características
físico-químicas de los desechos.
En cuanto a las metodologías, en 1983 el que suscribe esta
nota, diseño una metodología que tomaba en consideración el CIIU, la
estadística industrial y la economía, diseñando con estos tres elementos una metodología
sobre impacto ambiental la que fue utilizada en los diagnósticos ambientales
del Norte, Centro y Sur de Perú. Asimismo, contribuyo desde la perspectiva económica
a formular la metodología de vigilancia ecológica para el monitoreo de los
recursos naturales de la Selva Amazónica Alta de Perú.
Por lo tanto es claro, una vez más, la economía sigue
respaldando las acciones interdisciplinarias, con lo cual enriquece la
vertiente ambientalista, y esta ensancha mas el curso del conocimiento entre el
Hombre y la Naturaleza, aunque no se
refleje en temas cruciales para la supervivencia como son el calentamiento global,
la contaminación, el deterioro o la sobre explotación de los recursos
naturales. Es claro, el crecimiento económico en los tiempos que vivimos no
dejara de mellar lo que resta de vida natural.
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