19 de noviembre de 2017

Justicia y medio ambiente


Oscar Muñiz Corro


Saul Luciano Lliuya


En el post del 15/11/17 hicimos referencia al caso del peruano Saúl Luciano Lliuya (Cambioclimático: un peruano contra un gigante ) , quien demando a la empresa alemana RWE AG, del sector energético; su sede es Essen y es la que controla y distribuye energía eléctrica, agua y gas. Sus activos ascienden a USD 108.9 miles de millones.

Motivo de la demanda: RWE amenaza a más de 50 mil personas por el posible desborde de la laguna Palcacocha ubicada en el departamento/región de Ancash-Perú. La laguna se ubica a una altura de 4,400 m.s.n.m. en la ciudad de Huaraz y se llena con los deshilos del glaciar. Esta situación se evidencio desde el año 2009, pues las obras de drenaje que implemento RWE desde el 2012 no son suficientes y el dique de contención no proporciona la seguridad necesaria.

Desde el 2015 y, con el apoyo de la ONG Germanwatch, Saúl Lliuya reinicia la lucha legal contra la empresa RWE por lo que el cree, que dicha empresa es la responsable del aumento de la temperatura en su afán por explotar agua y gas en la región.

Después de ser rechazada su petición en primera instancia, renueva su acusación y, la corte alemana reinicia la etapa de verificación en fecha que sería anunciada la emisión de la decisión final. Lo cierto es que el portavoz de la Audiencia, Christian Nubbemeyer sostuvo “Todo juez escucha en este tipo de procesos civiles a ambas partes, les da la oportunidad de ampliar su explicación por escrito y marca una fecha para anunciar nueva fecha para una posible toma de pruebas y apertura del proceso”. Esta fecha es el 30 de noviembre de 2017.

Cabe resaltar que la Audiencia de Essen desestimo en primera instancia la exigencia de Saúl Luciano Lliuya hace un año, exigencia que equivalía a unos 17,000 euros para invertir en refuerzos y proteger las viviendas.


A parte de la mezquindad y prepotencia de la empresa, lo cual es evidente, es evidente la impotencia de Saúl Lliuya por poder ejercer su derecho en su propio país, el Perú. Esta es una evidencia más, que en Perú el factor ambiental poco o nada interesa a las autoridades y que la justicia peruana deja mucho que desear. Ofrecemos nuestro respaldo y buena suerte a Saúl Lliuya en su afán por encontrar justicia.  

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