Con Ustedes desde hace diez años
Oscar Muñiz Corro
El cambio climático es el factor que incide en la
violenta y persistente violencia en que desaparecen los glaciares en el
continente sudamericano.
Según los últimos aportes científicos, los glaciares funcionan
como amortiguadores en los periodos de sequía, porque en gran parte el agua que
discurre desde las cuencas altas tiene su origen en los deshielos. De aquí su
vital importancia ya que si desaparecen los glaciares, tal como viene
sucediendo, se pierde la única fuente de agua renovable.
Las áreas de glaciares a todo lo largo del continente
sudamericano está disminuyendo especialmente en los Andes. Ejemplo de este
devastador fenómeno es el cambio sufrido en el glaciar FRIAS, al sur de la Argentina,
en las últimas siete décadas.
Otro curioso ejemplo es el caso de los glaciares
relacionados con el extinto volcán TRONADOR, el cual perdió menos masa en la última
década con respecto a la anterior, ya que la pérdida se encuentra en equilibrito
respecto al clima. El caso de los Andes en Venezuela, en el pico Bolívar y
Humboldt, figura como el de mayor extremo, debido a que se encuentran en
proceso de desaparición.
Lucas Ruiz, hace una advertencia a tenerla en
consideración: “Todas la proyecciones climáticas indican que las temperaturas
van a seguir aumentando. Incluso si pudiéramos bajar la cantidad de emisiones
de dióxido de carbono y mejorar la eficiencia de nuestras industrias, la
temperatura aumentaría por unos 50 o 60 años más y después recién empezaría a
disminuir”.
Visto este escenario, conociendo del escepticismo de un
sector de la población mundial, incluyendo al presidente Donald Trump, en las
próximas diez décadas la temperatura según pronósticos debería aumentar entre 1
y 4 C°, lo que significa que entre 20 o 30 los glaciares pequeños en Argentina
de Campos de Hielo Sur desaparecerán y el resto de glaciares retrocederán
considerablemente. Actualmente la
superficie de hielo en los Andes es de 30,000 Km2, que se distribuyen en 22,500
Km2 en Chile, 4,500 Km2 en Argentina y 3,000 Km2 distribuidos entre Bolivia, Perú,
Ecuador y Colombia.
Una consideración de importancia es que en la zona andina
peruana-boliviana habitan un alto porcentaje de la población nacional
respectiva, que son usuarios de agua para beber, para uso agrícola y energético.
Si desaparece esta posibilidad sin duda las perdidas serian inmensas, con el
adicional de la inestabilidad de los
suelos y con riesgos de deslizamientos, aludes y aluviones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario