Oscar Muñiz C.
Hasta inicios de 1980 las ciencias, por cierto no todas,
habían contribuido con un gran apoyo al conocimiento sobre los recursos
naturales (aire, suelo, agua). Es así que al evaluarlos se conocieron detalles
que se desconocían o simplemente porque les daban poca credibilidad.
Se cartografiaron las regiones naturales y sus recursos
naturales, lo cual sirvió para comprender los ritmos de su agotamiento; se incentivó
la sistematización del conocimiento sobre el medio ambiente, la comprensión del
significado de contaminación ambiental y se dio inicio a una campaña de
concientización sobre los recursos naturales, el medio ambiente y la ecología.
A mediados de la década de 1980 se incentivó la elaboración y
diseño de las bases y bancos de datos de
los recursos naturales que ayudasen en medir la intensidad y consecuencias de los
impactos causados por las actividades productivas del hombre en el medio
ambiente y, los cambios en la naturaleza. Gracias a esta tarea se obtuvo una
base sólida y científica de la calidad ambiental, siendo lo más loable el haber
obtenido información que sirvió para modelar situaciones a futuro, que en
muchos casos predijeron ciertos acontecimientos.
Luego en las dos últimas décadas de finales del Siglo XX, las
tendencias del conocimiento no se
dejaron esperar. Así apareció la clasificación de los grandes problemas de
finales del siglo xx, encabezando la lista el cambio climático y el
calentamiento global, temas que hasta el día de hoy siguen impactando en la
opinión pública, aunque algunos políticos no terminan de digerir ni por osmosis
las consecuencias.
Las experiencias han sido múltiples y siguen siendo enriquecedoras.
Desde los inventarios de los recursos naturales, pasando por los estudios de
vigilancia ecológica hasta llegar a los estudios de impacto ambiental. Esto
demuestra el gran interés en todos medios académicos y no académicos, por su
importancia crucial frente a los temas económicos o de otra naturaleza. Lo
importante es que la diseminación de este conocimiento se institucionalizo en
todos los ámbitos, desde la escuela hasta los claustros universitarios y de
nivel superior. La inventiva para solucionar o ayudar en la solución de
problemas sociales conllevó a agudizar el criterio humano y al avance de la
tecnología. Ya para este tiempo la ciencia ambiental alcanzo la robusta edad de
su segunda juventud.
En la actualidad, pocos se atreven a desconocer la
importancia de las ciencias ambientales. Solo algunos. Menos mal que es la
minoría. Estos ponen en duda si el calentamiento global es real. Ya sea este
por efecto del quehacer humano o por natural evolución de las condiciones
naturales, o por ambas razones.
Sin duda que la Cumbre de la Tierra de Estocolmo 1972 ofreció
la mejor muestra de interés de 109 naciones sobre el tema ambiental humano. No
esta demás decir, que la conferencia sobre el medio ambiente y el desarrollo, en
Rio de Janeiro 1992, fue la reunión que menor trascendencia tuvo; se esperó
hasta la realización de la COP 2021 en Paris, donde quedó demostrado el
compromiso de 199 países con el tema ambiental. Sin embargo, lamentable fue,
que en la siguiente reunión COP22 Marrakech 2016, solo una gran nación
desarrollada e industrializada defeccionara por ignorancia de sus políticos.
En todos estos años el consenso mundial apunta en reconocer
que el aumento de la temperatura terrestre por acción humana afecta al clima
(efecto invernadero); por lo tanto, el compromiso es no sobre pasar el aumento
de 2°C con las emisiones de CO2. Para ello están las contribuciones de grupos
de países que contribuyen con la disminución del uso de los carburantes y la
producción tradicional de medios de transporte tradicionales, además de
abandonar el uso del carbón como medio de obtención de energía.
Como se ve hay un paso sustantivo y progresivo entre estas
dos grandes etapas. Una la etapa de análisis y concientización y la segunda
etapa la de las acciones concretas y definitorias. Esto orienta a la sociedad
en su conjunto y sin lugar a dudas, vivir actualmente el inicio del cambio de
la forma de producir los bienes y servicios que necesita. Vivimos el progresivo
cambio del factor trabajo y de los medios de producción. Sin lugar a dudas
estamos al inicio un conflicto que deberá ser superado con el apoyo de los
tenedores de la riqueza mundial, sean estos banqueros, industriales,
inversionistas. La economía y los economistas tienen que cambiar y, deben
empezar por inventariar con valor monetario todos los recursos naturales.
Actualmente las amenazas provienen de los que conforman la
punta del triángulo del poder. El grupo beligerante con la paz y el bienestar
de la población mundial. Sus amenazas totalitarias enquistadas en economías
poco desarrolladas e industrializadas, hacen peligrar la sobrevivencia de la
vida tal como la conocemos. Sin duda la lucha
por ostentar la hegemonía mundial, pone en riesgo la sobrevivencia de miles de
millones de habitantes que siguen creyendo en la vida y la libertad.
Estamos en el umbral de una dicotomía final: escoger el
desarrollo armónico con la naturaleza o la destrucción total de nuestro hábitat
natural. La decisión es nuestra.
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