Oscar Muñiz C.
Una publicación reseña que “El gobierno de Perú desarrolla
un “Plan Maestro” que allanaría el camino a la exploración petrolífera a gran
escala”. Los trabajos empezarían a realizarse en el área denominada Sierra del
Divisor, frontera entre Perú y Brasil.
La noticia también indica que la administración actual
pretende modificar la ley vigente, para permitir el ingreso de empresas
especializadas en extracción de hidrocarburos en los parques nacionales.
El 08 de noviembre 2015, se
firmó el decreto supremo que autoriza la creación del Parque Nacional
Sierra del Divisor (1’354,485.10 ha). El parque, como muchos otros en Perú, se
encuentran amenazados por la tala ilegal de árboles, por la minería ilegal y por
los cultivos ilegales de hoja de coca.
El Parque Sierra del Divisor, se ubica en los distritos de
Calleria y Contamana, provincia Coronel Portillo, departamento de Ucayali;
también abarca parte del Alto Tapiche, Maquia, Yaquerana, Soplin y Emilio San
Martin, provincia de Requena, en el departamento de Loreto, zona de frontera
con Brasil.
En el decreto supremo se indica que la protección del área se
debe a que el parque constituye parte de la región montañosa del bosque húmedo
tropical (Selva Baja), y para resguardar la diversidad biológica, la
geomorfología y cultural, en beneficio de la población local.
El dispositivo también contempla la exploración científica,
con instituciones del Brasil, ya que permitiría diseñar estrategias de
conservación, e intercambiar información entre ambos países. Asimismo, permite la ubicación de puestos de vigilancia fronteriza
en el interior del parque. También estipula el decreto supremo desafectar 61,591.67
ha, y dejar como zona reservada una superficie de 62,234.62 ha. Tanto el Parque
Nacional Sierra del Divisor y la Zona reservada, serán administradas por el
Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP).
En este contexto se producen la cruda verdad, los derramesde petróleo . En un reportaje emitido por la televisión
peruana se muestra el hartazgo de los pobladores de la amazonia frente a la
desidia de los gobernantes en poner freno a las atrocidades que genera no solo
la empresa estatal de petróleo.
La impunidad con la que actúan estas empresas no
solo provocan la protesta de los pueblos nativos sino también su indignación frente
a las enfermedades que se propalan entre ellos, generándoles hasta la muerte, y
cuando no, la contaminación de sus medios de subsistencia.
Una vez más instamos al gobierno en funciones para que en su
afán de erradicar la corrupción también logre ofrecer justicia para los
peruanos más desprotegidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario