Juntos, el presidente del Ecuador y la alcaldesa de
Richmond-California Gayle McLaughlin, inspeccionaron las piscinas de recolección
de petróleo dejadas desde 1986 por la compañía petrolera Texaco, en la Amazonia
ecuatoriana.
Existen 1,000 reservorios abandonados por Texaco, compañía petrolera
que fuera absorbida por Chevron, la que derramo 18,000 millones de litros de
agua con petróleo, pero que Chevron en un juicio al Estado ecuatoriano exige
que este pague la indemnización de US$
18 mil millones a los pobladores amazónicos, cuando el daño ecológico fue
perpetrado por la misma compañía petrolera adquirida por Chevron, Texaco,
durante décadas de operación (exploración-explotación).
Texaco opero en el Ecuador desde 1967 hasta 1997, y fue
durante esos 30 años, que utilizando tecnologías obsoletas, daño la ecología amazónica
como a sus habitantes, lo cual origino una demanda formulada en Nueva York y
luego en el mismo Ecuador, por los mismos perjudicados.
En 2011, el juzgado ecuatoriano sentencio a Texaco a pagar
US$ 18 mil millones, para compensar los daños ambientales, pero desde que
Chevron adquirió Texaco, esta compañía planeo ante el Tribunal Arbitral de
Naciones Unidas (UNCITRAL) que solicite al Ecuador que asuma el pago por haber
firmado un acuerdo de protección de inversiones cinco años después de que Texaco
dejara de operar en la Amazonia ecuatoriana. Frente a esta solicitud UNCITRAL falló
a favor de Chevron y ordeno al Estado del Ecuador que suspendiera el juicio
contra Texaco.
De cara a esta situación, el presidente Correa dijo, “Demostraremos
en el pozo Aguarico N° 4, solo operado por Texaco hasta 1992, la contaminación que
dejo esta empresa. Con eso se derrumba la mentira de la petrolera de que la contaminación
es de Petroecuador”.
Correa también llamo a la comunidad internacional a
reaccionar contra la impunidad.
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