El tema sobre los alimentos genéticamente modificados o
alimentos transgénicos, es un tópico controversial, polémico. Detrás de este
negocio existen multinacionales y un ejército de defensores que van por todo el mundo
proponiendo sus cultivos con la esperanza de ser aceptados en aras de alimentar
a los mas desposeídos, rebajando los precios de los productos, lo mismo que
disminuyendo la hambruna en el mundo.
Desde el punto de vista de la salud es un tema que origina
la controversia y la polémica; unos dicen que dichos productos no hacen daño a
la salud, mientras que otros dicen todo lo contrario. A este último grupo se
suma el grupo de ecologistas y naturistas que rotundamente niegan las bondades
benéficas de este tipo de alimentos.
También están presentes los legisladores, congresistas,
políticos, que son los menos pero que tienen el poder de decisión en sus manos
de utilizarlos o no; mientras que la opinión pública, como grupo definidor de
si se aceptan o no, en muchos casos queda fuera del juego por la falta de
información que en buena cuenta lo detenta el aparato mediático, que en la
mayoría de los casos lo ostentan los grupos de poder aliados con los grupos
económicos o transnacionales.
Las experiencias son incontables, así tenemos la experiencia
en los EEUU, Europa o Sud América, en donde unos aceptan dichos alimentos bajo
ciertas condiciones de comercialización, otros rechazan enfáticamente su uso y
no faltan los países que legislan por una década de moratoria como es el caso
de Perú.