12 de enero de 2013

El futuro de la Amazonia Peruana










Amazonia Peruana




Por Oscar Muñiz

Se inicia el año 2013 y con el nuestro reiterado compromiso por ofrecer una visión de los problemas de la Amazonia Peruana. Creemos que el principal de ellos es el haber dejado al libre juego los dispositivos legales que liberan el ingreso de productos al área amazónica.

En el tema ecológico-ambiental existen múltiples interpretaciones, desde la más simple, que no significa que no tengan sustento, hasta las apreciaciones más elaboradas. La gama de interpretaciones es muy amplia, por lo cual ninguna puede ni debe ser excluida. Por lo tanto siempre es provechoso hacer un recuento en el tiempo del porque el tema ecológico tiene una importancia de primer orden en la actualidad.

Fue en Europa donde los estragos por el arrasamiento de los recursos naturales fue brutal: desaparición de los bosques, contaminación de los ríos, desaparición de la fauna marina, contaminación del aire, en fin todo un arsenal de daños a la ecología; Japón con la contaminación con mercurio; EEUU con la contaminación atmosférica, la desaparición de la población autóctona, entre otros; en África la degradación de la fauna silvestre y contaminación minería; ni que decir del caso latinoamericano, expoliación de sus recursos naturales desde su descubrimiento allá por 1492.

Sin embargo la focalización del problema ambiental en la Amazonia peruana podría decirse que está definida por épocas, desde la época pre inca e inca, cuando los pobladores hacían de suyo el aérea Amazónica; la época colonial y republicana, esta última con varias etapas de usufructo, comenzando por la exploración de los recursos a finales del siglo xix y principios del siglo xx, con la incursión de los aventureros europeos. Ejemplo claro es la explotación del caucho y en los últimos veinte años la explotación del oro y petróleo. 

Hoy la situación es más grave. Si bien es cierto que existe una preocupación por la ecología y el medio ambiente, esto no es suficiente. Hubo una primera etapa en que muchos casos se privilegio el estudio e investigación de la contaminación del componente físico, dejando de lado el factor humano. Esta situación cambio hace no más de una década, poniéndose más atención sobre este elemento de estudio. Tan es así, que los propios pobladores conquistaron con su lucha la importancia del factor humano frente a la contaminación. Tenemos como ejemplo las protestas del pueblo amazónico cuando existe un derrame de petróleo o a la explotación informal de oro o cuando quieren apoderarse de sus tierras.

El modus operandi en la región de la Amazonia es prácticamente un saqueo, ya sea por su rica biodiversidad o por la oferta natural de su geografía. Esta modalidad viene desde mediados del 1500, cuando el colonialismo arraso con todo a su paso; esta actitud perdura de manera encubierta  hasta el presente.
Estando al tanto de todo esto, la pregunta es, ¿Tiene futuro la Amazonia? Para responder esta pregunta existen tres alternativas posibles. La primera es si; la segunda respuesta es no; y la tercera respuesta podría entenderse como una reconciliación entre la naturaleza y el gran capital.

En el primer caso, suponiendo que exista un futuro para la Amazonia, entendemos como una agonía lenta, puesto que los que no han visto o vivido en los últimos cincuenta años lo que se tuvo no existe, su presente aunque disminuido y menguado les es suficiente, aunque siga degradándose.

En el caso que fuera no, es una respuesta más realista y creíble, lo confirma la tendencia a su alteración y desaparición.

A continuación señalamos algunos datos de relieve del pasado no muy lejano que hoy tienen mucho significado.

1.       La propiedad de los suelos agrícolas se atomiza entre los miembros de las familias campesinas, lo cual no permite ofrecer sustento a las nuevas familias recién constituidas, con el consiguiente declive de la producción y productividad, hasta llegar al límite de vender las parcelas a empresas o particulares con mayor capacidad económica y financiera. Esta es una situación a la son empujados los agricultores amazónicos.

2.       La industria oleaginosa trajo palmeras del África. Luego de veinte años se lograron tener 4,000 Ha, habiendo en la Amazonia peruana miles de hectáreas de aguaje (Mauritia sp.).

3.       Los arboles extraídos por las compañías madereras no se reponen.

4.       La Amazonia se publicita como una solución a los problemas actuales del Perú, por medio de los planes de colonización, proyectos hidroeléctricos, concesiones de grandes extensiones a transnacionales y al gran capital.

5.       En 1973, el 50 % de la Población de Iquitos habitaba en los barrios marginales; el 32 % de la población migrante de los departamentos de Loreto y San Martin vivían en barrios marginales (barriadas), el incremento de los pueblos jóvenes entre 1970 y 1973 fue de 214 % y el incremento poblacional en estas barriadas fue de 249 %.

6.       La tasa de crecimiento poblacional entre 1950 y 1960 fue de 4.1 % (5.6 % urbana y 3.6 % rural) y en el período 1960-1980 la tasa de crecimiento fue de 4.6 % (5.8 % urbana y 4 % rural).

7.       Según Malleux, se han destruido hasta el año 1983 un total de 4’500,000 Ha. que equivale al  5.7 % de la Amazonia peruana. Aproximadamente en el año 2000 se destruyeron 7 millones de hectáreas, o sea el 15.2 %, siendo esta destrucción en la Selva Alta.

8.       La destrucción del bosque en la Selva Alta acelera la destrucción del suelo, sedimenta los cauces de los ríos y afecta a la agricultura y ganadería, además a los nuevos colonos y nativos.
9.       Se elimino de manera definitiva los bosques de Jaén-San Ignacio en el departamento de Cajamarca, desapareciendo el Ulcumano (Podocarpus sp.).

10.   La extracción de madera selectiva logro superar los 15’780,000 m3 anuales, de estos 1 millón de m3 se destino a la industria nacional.

11.   Los contratos de extracción forestal entre el estado y los interesados superaron las 200,000 Ha. En 1977 los contratos para explotación maderera fue sobre una superficie de 2’700,000 Ha. y un año después aumentaron a 4’300,000 Ha.

12.   Hasta 1976 la reforestación se realizo solamente en 1,785 Ha.

13.   Entre 1962 y 1966 se exportaron 600 mil cueros de sajino (Tayassu tajacu), 240 mil de huangana (Tayassu pecarí), 170 mil de venado (Mazama americana) y 140 mil de lagarto (Caimán Sclerops y Melanosuchos miger).

14.   Entre 1971-1972 se almacenaron tanto en Iquitos como en Pucallpa 471,444 cueros de sajino y 361,224 de huangana, no se incluye el contrabando.

15.   En 1959 se exporto 1,114 pieles de lobo de rio (Pteronura brasiliensis) y en 1969 se exportaron solo 47; el mismo descenso sucedió con las pieles de venado 45,534 y 27,083. En 1962 se exportaron 16,202 cueros de lagarto negro (Melanosuchus niger) y 32,460 de lagarto blanco (Caimán sclerops), mientras que en 1969 la exportación de ambas especies fue de 2,646 y ninguna, respectivamente.

16.   En 1969 estimaron que el valor de las pieles exportadas ascendía a US$ 1’512,970, sin embargo el precio declarado por los comerciantes fue de US$ 812,940.

17.   En 1979, más del 50 % de los bosques Alexander Von Humboldt y Biabo-Cordillera Azul fueron entregados en contratos de explotación exclusiva a personas y empresas particulares. En 1980 el 50 % del Bosque Nacional de Apurímac que tenía una extensión de  2’071,700 Ha. fue solicitado por la empresa Forestal Apurímac S.A., además de las ya adjudicadas a funcionarios 90,000 Ha., a la Asociación de Madereros del Rio Apurímac 44,000 Ha., a ex latifundistas de Ayacucho 113,000 Ha. y a Madexsa capitales cubano-norteamericano (Miami) por 233,500 Ha.

18.   En 1980 en el departamento de Ucayali, rio Pichis, se solicito autorización de extracción forestal sobre una extensión de 320,000 Ha., quintuplicando lo autorizado por la ONERN, con estudios de hasta nivel de detallado.

Hoy la situación es aun más grave y angustiante para los nativos, colonos y habitantes de la región Amazónica. La explotación del gas del Camisea, la explotación de oro en Cajamarca en el proyecto Conga, la explotación petrolera, la explotación de oro por los mineros informales en el departamento de Madre de Dios, ha condicionado a la desgracia a ciento de miles de habitantes de la Amazonia.

No nos quepa duda que al ritmo que se implementa el “desarrollo económico” en la Amazonia peruana, la tercera opción, reconciliación entre la naturaleza y el gran capital, será descartada, pues el botín es más que jugoso.

Otros fueron los tiempos en que la Amazonia ofrecía una esperanza en la utilización del espacio, mas no para aéreas de experimentos y durante los últimos veinte y cinco años no solo zona apta para el cultivo de coca (narcotráfico)   sino también refugio de terroristas.


Referencia, Saqueo Amazónico. El colonialismo interno en un país colonizado: El caso de la Amazonia Peruana. Alberto Chirif, 1983.

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