No se entiende porque en el Perú es tan difícil comprender
que la vida es un bien que debemos respetar, sin embargo no vale nada. Lo mismo
es con respecto a los recursos naturales, el medio ambiente y la ecología. En
el colmo de los colmos asistimos una vez más al desborde de las ambiciones,
pues no basta con el flagelo de la tumba del bosque para sembríos de coca, del
desarrollo de la minería informal con la explotación de oro, como es el caso de
Madre de Dios, o la explotación del bosque por los madereros clandestinos, para
hacer fortuna.
Supuestamente las autoridades cuentan con una herramienta
valiosa como son los estudios de inventario de los recursos naturales, en este
caso el estudio Inventario de los Recursos Naturales de Inambari, documento que
aparte de brindar información técnica sobre los recursos naturales, ofrece el
criterio de utilización del espacio geográfico, pues una cosa es apoyar la
libre utilización de los recursos naturales por ventajas económicas y otra es
el contribuir al uso racional de los mismos. No abogamos por el proteccionismo
¡No! Más bien apoyamos el uso racional como herramienta de explotación.
El Perú tiene la experiencia en los valles del Huallaga
Central y Bajo Mayo, en el departamento de San Martin, en donde se desarrollo
toda clase de explotación productiva como social, desde su utilización como
zona cocalera y de narcotráfico hasta zona de terroristas.
Una vez mas Survival International ,
llama la atención con su nota de prensa, en donde advierte del peligro que asecha a miles de indígenas, a las zonas
protegidas en la zona de Puerto Esperanza.
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