Oscar Muñiz
Los centros de investigación que estudian el clima cuentan
con las herramientas e instrumentos que les permiten simular las condiciones climáticas,
inclusive reproducir en gabinete las condiciones
del fenómeno El Niño. Lo que no pueden hacer es predecir lo que sucederá con
los factores que modelan el fenómeno El Niño. Tal vez por esta razón, los
organismos gubernamentales y políticos se conceden la ventaja de adivinar el comportamiento de este fenómeno. Ahora podemos
imaginarnos la ceguera técnica en que se encuentran los organismos peruanos
encargados de monitorear el fenómeno. En
estas circunstancias poco o nada aportan, o son sujetos de credibilidad cero los
organismos peruanos encargados de semejante responsabilidad.
La cobertura sobre el impacto ambiental del fenómeno El Niño no fue impulsado hasta
solo hace muy poco tiempo. No hacemos una comparación, sin embargo es oportuno
decir que en la década de los 80 del siglo pasado, la discusión se centraba en
lo positivo o negativo que dejaba el fenómeno. Cuando uno viajaba por carretera
de Lima hacia el norte podía percibir el cambio del clima y el cambio de la fisiografía
natural. Lo más llamativo era el “anclaje”
de las dunas, especialmente en el desierto de la región La Libertad.
Lo bueno o lo malo que dejaba el paso del fenómeno El Niño, obedecía
a la especialidad del observador . Sin duda que para los especialistas en
ciencias sociales el paso del fenómeno no reportaba ningún beneficio. Al final
de todo, esta visión fue la que calo más en todos los estamentos del
conocimiento y en la población misma. Recuérdese que en 1982-83 se dio no solo
el más fuerte fenómeno El Niño del siglo XX, sino también la mayor sequía en el
llamado trapecio andino conformado por las regiones de Puno, Cusco, Arequipa,
Huancavelica, Ayacucho, Tacna, Moquegua, y los deslizamientos y huaicos en la
zona central de Perú.
De lo que va del mes de noviembre-diciembre del 2015, la
alerta ante un fenómeno El Niño de condición fuerte, se mantiene, siendo las
temperaturas en la Costa peruana las que se encuentran por encima de lo normal.
Sin embargo, esta situación no es ni por asomo comparable a las condiciones de
agosto de 1982. El Comité Multisectorial del Estudio Nacional del Fenómeno El
Niño (ENFEN), sostiene que la prolongación de las condiciones climáticas cálidas
fuertes se prolongara hasta enero 2016, cuando la situación en 1982 se prolongó
prácticamente hasta junio de 1983.
Lo rescatable en la situación actual, es que hoy se incide más en la prevención y un poco menos en la situación
post fenómeno. En esta fecha, si el fenómeno El Niño 2015-2016 fuese como lo
pintan de agresivo, la severidad de los impactos en el ambiente físico (carreteras, viviendas,
etc.) ya fuesen visibles, y sin duda el impacto social no pasaría desapercibido.
No dejemos de observar el transporte aéreo de pasajeros y de carga, el cual
hasta la fecha no tiene ningún problema, comparado con el servicio aéreo del
mes de diciembre de 1982.
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