Oscar Muñiz
Desde hace varios meses se habla sobre el fenómeno El Niño
2015. Cada día este rumor es más insistente. Dijimos que este fenómeno es
repetitivo en el tiempo, que solo cambia su intensidad. También dijimos que su
intensidad máxima se repite cada siglo, dato consecuencia del análisis directo
de la información disponible.
Hecha esta consideración entremos a la crónica propiamente
dicha, la cual es una recopilación de eventos vividos entre 1982 y 1983 entre
la ciudad de Lima y la ciudad de Tumbes, al norte de Perú.
El verano de 1982 en Lima fue igual que cualquier anterior
verano, tal vez con temperaturas por encima de lo normal, una garua de vez en
cuando, con una sensación de calor variable.
El tema en aquellos tiempos era si eventualmente habría invierno.
Los comerciantes, los productores de prendas de vestir e invierno arriesgaban
su capital. Conforme pasaba el tiempo se diluía la esperanza de disfrutar del
invierno.
Habiendo transcurrido los primeros cinco meses de 1982 se
ratifico la ausencia del invierno en el norte peruano, desde el departamento de
la Libertad hasta el de Tumbes. Con el paso del tiempo la temperatura y las
precipitaciones causaban daños más evidentes en la salud de la población, en la
infraestructura física, en los sectores económicos. Ya en 1972 el fenómeno El
Niño se había reproducido con serias alteraciones, incluido en el transporte aéreo
de pasajeros, la invasión de insectos era incontenible.
Había que ver los destrozos causados en la zona urbana de
Piura, Sullana, Talara, Tumbes. No se puede desestimar los destrozos de la
infraestructura vial, agrícola, pesca. La ciudad de Piura tuvo que soportar la instalación
de drenaje que eran zanjas abiertas
sobre el pavimento. La salud de la población se vio seriamente afectada, especialmente
la de los niños. La carretera Panamericana que corre a lo largo de la costa
peruana, fue seriamente afectada en toda su longitud entre los departamentos de
La Libertad y Tumbes.
Han pasado 33 años desde aquel trágico evento producido por
el fenómeno El Niño. Nada sin igual. Observar el desierto de Sechura transformado
en campo agrícola y zona de pesca artesanal, a la altura de la Península de
Illescas, fue inaudito, fue para no creerlo.
Los que presenciamos este evento natural, no podremos dejar
de recordar la invasión de insectos, el calor insoportable día y noche, la
crecida de los ríos, la destrucción de las viviendas, la escases de alimentos y
de medicinas, en fin toda una alteración de la vida en tan solo semanas.
Las temperaturas en el registro histórico de Piura llego en
1988 y 1991 hasta 37.8°C. El 10 de febrero 2015 se registro una temperatura en
Piura de 37.2°C, en Catacaos 37.8°C y en Sullana de 37°C. La sensación térmica fue
de 40°C. Hoy 23 de julio 2015 en Piura, la temperatura es de 26°C, con humedad
de 61% y viento de 14km/h.
Pronosticar es lo más difícil. Sin embargo, más vale
prevenir que lamentar. Si algunos sectores están invirtiendo en prevención está
muy bien.