Una sociedad debe tener asegurada la educación, la alimentación-salud y la vivienda. Para conseguirlo el trabajo es fundamental. Tener la posibilidad de trabajar es vital, siempre y cuando el Estado tenga claro el modelo de sociedad que desea desarrollar. Esto ultimo no se da en el Peru hasta el dia de hoy. En el Estado se sigue debatiendo el estilo de desarrollo que queremos.
La experiencia nos dice que los lineamientos de desarrollo economico y social hasta el dia de hoy fueron todos de orden politico, nunca fueron técnicos ni factibles.
Facilitar la incorporación de la fuerza laboral en los causes formales de la economia nunca fue mas débil que en los últimos cincuenta y cinco años. Actualmente solo prevalecen los mismos problemas de antaño que en muchos casos son agravados por las crisis.
El espejismo economico que se vive dificulta discernir con claridad si el Peru o la economia peruana avanza, se estanca o retrocede. El actual espejismo economico peruano se basa en la necesidad de conjugar una mezcla difícil de manejar con elementos como el alto grado de corrupcion, el uso inadecuado de la tecnología, el terrorismo solapado y el incremento de la pobreza.
Lo previsible es que para enfrentar el futuro próximo, sino en condiciones optimas, la precariedad de la educación, la atroz situacion alimentaria y de salud como las condiciones del acceso a una vivienda con el mínimo de servicios, deben cambiar. De otra manera el Peru tiene todas las de perder, pues la evolución demográfica terminara por dirigir a toda la sociedad al fracaso politico-economico y a su cubanisacion.
Las cifras de empleo y educación son mas que elocuentes, abonan el convencimiento de que su suerte esta echada. Al respecto los indicadores antes de la pandemia del COVID-19 eran manejables hasta cierto punto, teniéndo al sector Minería e Hidrocarburos como la segunda actividad mas importante pues su aporte al PBI significo un esperanzador 14 %.
Pero la realidad es otra. El 79 % del empleo es informal, que las unidades empresariales familiares concentran en 75 % del empleo en el pais. El otro dato es que el 19 % del PBI unos S/ 545 mil millones (antes de la pandemia del COVID-19 en 2021-2022) provienen del sector informal siendo este sector el que genera el 61 % del empleo en todo el pais. El empleo formal solo representa el 21 % y el 18 % son asalariados que no acceden a buenas condiciones laborales. Mas grave es que el 75 % del empleo en el Peru se da en los hogares, mientras que las empresas solo representaban el 17 %. Datos INEI. En la actualidad después de la pandemia y con la experiencia de la administración comunista-terrorista castillista el empleo, la inversion estatal-privada, los ingresos, la salud, se han desplomado.
La amenaza de seguir transitando en una cuerda floja con exigencias de renuncias, cambios constitucionales, paralizaciones, vandalismo, laxitud de la autoridad, solo fomenta el ambiente raleado que la inseguridad y la desorientación genera.